Soy una incomprendida. Alguien raro en un mundo de normales, o la única normal en un mundo de raros. Soy una de esas personas que se pregunta cosas que a la mayoría de gente le da igual, que concede importancia a algo que los demás ignoran, y que ignora por qué extraño motivo el mundo concede tanta importancia a determinadas cosas. También soy un poco loca, o considerando quizás la proporción en el mundo, ustedes son los locos y no yo.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Si algo he rematado de aprender hoy es que no me gusta nada que me quiten lo que es mío y que hay infinidad de cosas que jamás seré capaz de olvidar, tanto para bien como para mal. Que el odio que me come por dentro repentinamente hacia varias personas no es normal. Que no puedo con la gente que es falsa conmigo sabiendo que soy consciente de que lo es. Que si fuese capaz de matar a una persona y no fuese delito, ya lo habría hecho. Y que tengo miedo, mucho miedo. Ah! y que... adoro mi ambigüedad al escribir. Pensad lo que queráis, poquitos acertaréis al pretender adivinar a quién y a qué me refiero en cada una de las cosas que acabo de exponer.
Cuando nos sentimos atraídos por una persona, intervienen algunas cosas más a parte la simple observación de su físico. Es decir, elementos como la manera de mover el cuerpo, de caminar, de vestir, el tono de voz, la expresión del rostro, etc., participan para componer una imagen global, que es la que captamos. Eso nos explica la variedad de criterios de elección que mantienen las personas. Variedad que sería más amplia todavía, si no viniera fuertemente influida por las modas predominantes. […]
Sin embargo, aquello que para cada uno es una persona atractiva está orientado por muchos otros factores relacionados con las experiencias vividas, las personas significativas en la propia biografía, la imagen que se tiene del propio cuerpo y otras cuestiones tan individuales que nos llevarían a una relación muy extensa. Así, por ejemplo, para algunas personas puede tener un especial y poderoso significado la forma de las manos, la nariz, los ojos, la mirada, la sonrisa, la expresión de la boca, la altura, el color y la forma de los cabellos, la complexión física, algún olor particular; a veces, aún así, aquello que para unas personas puede ser visto como un defecto, para otras puede tener un encanto extraordinario.
buscarte, frotarte, mirarte, explicarte, soplarte, observarte, follarte, mimarte, abrazarte, desearte, pillarte, besarte, robarte, salpicarte, ruborizarte, olfatearte, cazarte, prestarte, manosearte, amarte, bajarte, callarte, levantarte, encontrarte, admirarte, soñarte, darte, enamorarte, imaginarte, añorarte, encantarte, taladrarte, contarte, animarte, tocarte,babearte, cegarte, curarte, acariciarte, achucharte, limpiarte, regalarte.
viernes, 25 de noviembre de 2011
3
...Y yo la miro y se inclina para besarme en la boca. Es como en la tele. Tengo ganas de casarme con Camille, sólo que en las películas las personas que se quieren son siempre muy viejas.
-¿Crees que está mal?-pregunto.
-¿El qué?
-Besarse en la boca, ¿crees que está mal?
-No lo sé-responde Camille.
-¿En qué piensas?-pregunto.
-En nada-dice Camille en mis labios, y saca la lengua y yo abro mucho la boca y no sé qué hacer.
-Has de sacar la lengua y jugar con la mía, como si quisieras atraparla.
Y juego con su lengua y me siento muy raro y tengo mucho calor.
-¿Tú no tienes calor?-le pregunto.
Y nos reímos sin saber por qué.
Ya no veo el cielo, sólo su cara encima de la mía y su boca que ríe, y le hago cosquillas y ella también y reímos aún más fuerte y rodamos por la hierba y nunca he sido tan feliz, ni siquiera cuando mamá me hacía puré.
Querida Kitty:
"Un manojo de contradicciones" es la última frase de mi última carta y la primera de esta. "Un manojo de contradicciones", ¿serías capaz de explicarme lo que significa? ¿Qué significa contradicción? Como tantas otras palabras, tiene dos significados, contradicción por fuera y contradicción por dentro. Lo primero es sencillamente no conformarse con la opinión de los demás, pretender saber más que los demás, tener la última palabra, en fin, todas las cualidades desagradables por las que se me conoce, y lo segundo, que no es por lo que se me conoce, es mi propio secreto.
Ya te he contado alguna vez que mi alma está dividida en dos, como si dijéramos. En una de esas dos partes reside mi alegría extrovertida, mis bromas y risas, mi alegría de vivir y sobre todo el no tomarme las cosas a la tremenda. Eso también incluye el no ver nada malo en las coqueterías, en un beso, un abrazo, una broma indecente. Ese lado está generalmente al acecho y desplaza al otro, mucho más bonito, más puro y más profundo. ¿Verdad que nadie conoce el lado bonito de Ana, y que por eso a muchos no les caigo bien? Es cierto que soy un payaso divertido por una tarde, y luego durante un mes todos están de mí hasta las narices. En realidad soy los mismo que una película de amor para los intelectuales: simplemente una distracción, una diversión por una vez, algo para olvidar rápidamente, algo que no está mal pero que menos aún está bien. Es muy desagradable para mí tener que contártelo, pero ¿por qué no habría de hacerlo, si sé que es la pura verdad? Mi lado más ligero y superficial siempre le ganará al más profundo, y por eso siempre vencerá. No te puedes hacer una idea de cuántas veces he intentado empujar a esta Ana, que sólo es la mitad de todo lo que lleva ese nombre, de golpearla, de esconderla, pero no lo logro y yo misma sé por qué no puede ser.
Tengo mucho miedo de que todos los que me conocen tal y como siempre soy descubran que tengo otro lado, un lado mejor y más bonito. Tengo miedo de que se burlen de mí, de que me encuentren ridícula, sentimental y de que no me tomen en serio. Estoy acostumbrada a que no me tomen en serio, pero solo la Ana "ligera" está acostumbrada a ello y lo puede soportar, la Ana de mayor "peso" es demasiado débil. Cuando de verdad logro alguna vez con gran esfuerzo que suba a escena la auténtica Ana durante quince minutos, se encoge como una mimosa sensitiva en cuanto le toca decir algo, cediéndole las palabras a la primera Ana y desapareciendo antes de que me pueda dar cuenta.
O sea, que la Ana buena no se ha mostrado nunca, ni una sola vez, en sociedad, pero cuando estoy sola casi siempre lleva la voz cantante. Sé perfectamente cómo me gustaría ser y cómo soy... por dentro, pero lamentablemente sólo yo pienso que soy así. Y esa quizás sea, no, seguramente es, la causa de que yo misma me considere una persona feliz por dentro, y de que la gente me considere una persona feliz por fuera. Por dentro, la auténtica Ana me indica el camino, pero por fuera no soy más que una cabrita exaltada que trata de soltarse de las ataduras.
Como ya te he dicho, siento las cosas de modo distinto a cuando las digo, y por eso tengo fama de correr detrás de los chicos, de coquetear, de ser una sabionda y de leer novelitas de poca monta. La Ana alegre lo toma a risa, replica con insolencia, se encoge de hombros, hace como si no le importara, pero no es cierto: la reacción de la Ana callada es totalmente opuesta. Si soy sincera de verdad, te confieso que me afecta, y que hago un esfuerzo enorme para ser de otra manera, pero que una y otra vez sucumbo a ejércitos más fuertes.
Dentro de mí oigo un sollozo: "Ya ves lo que has conseguido: malas opiniones, caras burlonas y molestas, gente que te considera antipática, y todo ello sólo por no querer hacer caso de los buenos consejos de tu propio lado mejor". ¡Ay, cómo me gustaría hacerle caso, pero no puedo! Cuando estoy callada y seria, todos piensan que es una nueva comedia, y entonces tengo que salir del paso con una broma, y para que hablar de mi propia familia, que enseguida se piensa que estoy enferma, y me hacen tragar píldoras para el dolor de cabeza y calmantes, me palpan el cuello y la sien para ver si tengo fiebre, me preguntan si estoy estreñida y me critican cuando estoy de malhumor, y yo no lo aguanto; cuando se fijan tanto en mí, primero me pongo arisca, luego triste y, al final, termino volviendo mi corazón, con el lado malo hacia fuera y el bueno hacia dentro, buscando siempre la manera de ser como de verdad me gustaría ser y como podría ser... si no hubiera otra gente en este mundo.
Tu Ana M.Frank
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